Un día te encontrarás en la puerta de tu
casa. Sentado a la mesa de ese bar. Cruzando la avenida. Escalando un
cerro. En el aeropuerto. O del otro lado de alguna calesita. Quizás un día como
hoy.
Y te vas a dar cuenta que el error que
cometiste no fue meterte conmigo, el error fue dejarme ir.
¿Te atreverás a marcar el número de mi
teléfono? ¿ Me dirás de encontrarnos por ahí?
Te diría que sí. Olvidando mi amor propio y
mí autoestima.
Y ahí sabrás que jamás te olvidé. Que
esperé por este amor que nunca fue correspondido. Y estaré contigo. Los
días, las horas o los minutos que me des.
Pero volverás a sentir miedo y te irás como
aquel día.
Y me quedaré sabiendo, que no sos para mí.
Que jamás me vas a amar.
Lloraré el tiempo que esté despierta, luego
el que me quede libre o el que tenga algún recuerdo.
Y me preguntaré una y mil veces… ¿por qué?
Hasta que llegue el día en que estés en el
cine. Mirándote a un espejo. En la sala de espera de algún dentista.
Corrigiendo unos exámenes. Recalentando la pizza. Doblando las medias.
Alimentando a tu mascota. O frente a la pantalla de la computadora. Quizás un
día como hoy.
Y te vas a dar cuenta que el error que
cometiste no fue meterte conmigo, el error fue dejarme ir.
Para Bibi.