Supongo que será por el frío pero hace varios días que vengo leyendo en twitter el pedido urgente de abrazos.
Anoche leía a
@Camilintin preguntándose
¿Si te abraza toda la noche es amor ? .. o diciendo
Necesito vivir en un abrazo constante.
Claro las respuestas fueron distintas y variadas. La mía fue simple. NO. Las de otros oscilaban entre: Prefiero un Fernet (?) , la invitaban a un 0-800-ABRAZO, le decían que lo único que querían era seguir poniéndola.
Por un lado sonreí. Cómo cambian las necesidades o las expectativas en una relación cuando tenes 20 o como en mi caso que en pocos años llego a los 40.
Y todo ese pedido encarecido de este tipo de afecto me hizo reflexionar y recordar esos abrazos dados o los necesitados durante mi vida.
Mi ex pareja, el músico, era tremendamente grande, era un oso. Alto, tenía unos cuantos kilos de más, con él me perdía. Me sentía pequeña entre ese cuerpo enorme que me abrazaba y no me dejaba siquiera respirar. Pero pocos los sentí con amor. Eran más que nada una necesidad de sentir que había una mujer debajo de esas manos algo torpes, que lo amaba. Pero él no devolvía el mismo sentimiento.
Tras él, mi ex el mentiroso, abrazarlo era totalmente distinto.Me faltaba medio cuerpo. Claro tantos años en una relación con otro hombre. Esos abrazos pequeños, fríos, él era frío, su cuerpo, la intensidad de su amor era una heladera. Ahora me pregunto como pude creer tantos años que ese hombre era el gran amor de mi vida, si ni siquiera podía sentir el calor de su abrazo.
Mi ex el policía, no abrazaba, nunca. Era un hombre que no podía besar menos podía trasmitir cariño a través de su cuerpo. Ahora cuando la noche entraba y se confundía la linea entre la conciencia y la inconsciencia me abrazaba fuerte y dormíamos así hasta el otro día. Jamás me amó. Siempre fue un cariño especial, fuimos la compañía necesaria para pasar el duelo de una separación anterior.
Uno me prometió que un día me iba a abrazar toda la noche, pero terminamos antes de que se nos pasaran las ganas de amanecer desnudos. Y realmente fueron amaneceres inolvidables.
Hay un abrazo que extraño cada día y que no me lo va a traer nada más que los recuerdos y la esperanza que alguna vez, en otra vida vuelva a sentirlo.
Y el mejor de todos lo recibo cada mañana de ese hombrecito de 1.05 que es el motor de mi vida.
Un abrazo es necesario para nuestro bienestar psicológico, emocional y corporal. Nos alegra y acrecienta la salud del individuo y la sociedad.
Camila tiene razón, yo también quiero un abrazo, quiero un abrazo de oso, un abrazo de mejilla, un abrazo con forma de A, un abrazo sandwich, uno intempestivo, o uno grupal. Un abrazo de costado o uno por la espalda, un abrazo a mi medida, a la medida de mi corazón, y más en estas noches frías.
Abrazos para todos.