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miércoles, 13 de febrero de 2013

El amor, la terapia y los exs





Voy a empezar diciendo que esas cosas de San Valentín me parecen una verdadera tontería, pero también voy a reconocer que más de una vez me sacó de quicio que ninguno de mis exs haya tenido la delicadeza de al menos traerme una flor, invitarme a tomar algo, o  decirme amorosamente, Feliz Día de los Enamorados.
No me gusta por una cuestión simple que es la de no aceptar la imposición marketinera de estas celebraciones. (No San Valentín, No Halloween, No San Patricio!)

Lo traté muchas veces con mi terapeuta, esa que ya no tengo más. Le decía que siempre tengo el mismo patrón de hombres desamorados. Esos que son incapaces de comprarte un regalo ni siquiera para tu cumpleaños, los que no recuerdan aniversarios, hasta los que no quieren  llevarte por la calle de la mano.

Cuantas horas de terapia les destiné a cada uno de ellos, digo yo, no hubiera sido más productivo ocupar ese momento para tratar mi fobia a las arañas... pero no la mina se empeñaba en enojarse por cosas que estos pobres animalitos de Dios no iban a hacer nunca porque no era parte de su idea de relación.

Eso me recuerda las horas de terapia que perdí tratando de entender porque no querían formalizar un romance conmigo hombres que de entrada se mostraban esquivos a las relaciones.
Me pregunto yo, era estúpida, o me drogaba con plasticola?

Hoy veo la luz, es imposible ponerse de novia con quien no quiere ser novio de uno.
Es imposible proyectar un futuro con quien ni siquiera compartimos un presente.
Puede el enamoramiento cegarnos tanto?
Cuanta plata gasté sin querer tratando de no entender lo que estaba bien claro ante mis ojos. Es muy difícil aceptar que a veces no nos quieren.

Hoy no voy a terapia, pero tengo las cosas más claras. Descubrí la belleza de la soledad y la hermosura de la compañía.
Aprendí a disfrutar los momentos que vivo como si fueran los últimos.
Vivo el hoy, lo disfruto y lo beso.Le acaricio la cara y juego con su pelo o con la falta de él. Me enamoro en una noche y olvido a la mañana siguiente, o a veces recuerdo cada detalle, cada caricia, cada beso y me quedo con ellos atesorados en la memoria.
Pero por sobre todas las cosas se lo que valgo y dejo un lugar a mi costado para quien realmente valga la pena.

A los enamorados Feliz día...!



PD: Hay algún botón para poner Me re gusta?

domingo, 30 de octubre de 2011

Amarres... (las brujas no existen pero que las hay las hay)


Amarres - Hechizos - Trabas

Recupera a tu hombre


Decía el cartel en la puerta , un pasillo gris de unos treinta metros separaba la calle de la casa que me esperaba. Cruzarlo o quedarme ahí era mi decisión y no era fácil. De eso dependían las demás decisiones a tomar.
Soy partidaria de que la vida es una sucesión de causa- efecto y que nada ajeno va  a cambiar el rumbo de las cosas. Siempre supe elegir, hablé y me atuve a las consecuencias. Pero últimamente voy trastabillando y he llegado a un punto de desesperación tan grande que me encuentro en la puerta de este lugar, a punto de hacer algo tan alejado a mi pero a la vez, hoy,  tan cercano: amarres y hechizos.
Nunca creí que iba a llorar tanto por un hombre, que una separación me iba a quitar el hambre, el sueño, la posibilidad de trabajar, de atender y hasta de pensar. Que mi mundo iba a girar en el hecho de estar sola, sin él, de no tenerlo y no poder aceptar que no me quiera. Siempre creí que el amor es compartido pero hoy no me importa, no soy nada si no estoy con él.
Entré y el aroma a incienso se sentía cada vez más intenso. Al llegar al fondo, me encontré con un pequeño patio con flores e imágenes de santos y una puerta con un cartel que indicaba:Golpeé y espere a ser atendido.
Toqué la puerta con firmeza y me senté en una silla de mimbre, un perro mediano de color té con leche merodeaba y olía mis zapatillas.
- Toto, no molestes a la señora- dijo una voz que salía del cuarto. Cuando la puerta se abrió salió un hombre morocho, de rulos y una sonrisa bien blanca. – Buenas tardes, soy Roberto Hugo, en que puedo ayudarla.
Le mostré la tarjeta que llevaba en mi mano.
- ¿Estás segura?- preguntó.
- Totalmente.
Hizo ademán con la mano para que entrara y algo nervioso comenzó a revisar sus libros, yo sentada en otra sillita de mimbre observaba ese lugar que podría ser sacado de cualquier película de clarividentes. Luego de ojear encontró lo que estaba buscando. Tomó un trozo de papel y copió con un lápiz lo que supuse sería el conjuro.
- Debes saber que hay hechizos que no tienen vuelta atrás, que una vez que los haces nada va a cambiar. Hay efectos muy importantes, puedes quedarte sin trabajo, sin amigos, sin familia. Las personas pueden apartarse de ti, puede que ese hombre que amas sufra una dependencia absoluta aunque no te ame, puede enfermarse, pero siempre va a estar contigo.
- Nada es peor que estar sin él-  respondí.
- Hay cosas mucho peores. Las consecuencias pueden ser funestas. ¿Eres consciente que vas a utilizar magia negra?
- Si.
- ¿Y vale la pena?
- La vale.
- Hay otras opciones,  hacer un hechizo de magia blanca, tener fe y él puede llegar a volver contigo.
- No. No, eso no es lo que quiero. Quiero que vuelva a mi y que nada, nunca más, lo quite de mi lado. No quiero volver a sufrir. ¿Qué consecuencias pueden ser peores de las que vivo ahora?
- Eres consciente que vas a ser capaz de manipular directamente la libertad o  la capacidad de elección de ese hombre que decís amar.
- Que amo- afirmé.
- ¿Qué amas? Recordá esto entonces: toma tierra de su huella, humedécela con  tus lágrimas  y con agua de afrodita, sobre ella colocá una vela negra, enciéndela y has que él lea estas palabras. Cuando las lea, apaga la vela y será tuyo para siempre.
Me entregó el papel que antes había escrito, pagué la cantidad indicada  en la misma hoja y salí apurada. Fui a unas de esas santerías que hay por la calle Panamá y compre la vela y la esencia. Luego me puse a pensar como conseguir tierra de su pisada. Recordé que en casa tenía una bolsita que había comprado para mis macetas. Fui apurada a buscarla y me acerqué hasta su casa, coloqué una capa fina casi imperceptible en la entrada y de lejos esperé que llegué, entre y no se de cuenta de ella. Y así fue, llegó como siempre, a la misma hora abrió la puerta y nunca se dio cuenta de lo que acababa de pisar.
Luego de un rato y cuando las luces se fueron apagando junté esa tierra en el más absoluto silencio y me fui a mi casa.
Ya tenía todo: la vela, el agua de afrodita, los restos de su huella y solo faltaban mis lágrimas. Comencé entonces a recordar estos últimos meses, nuestra separación, la ausencia y lloré como venía haciéndolo todos los días. Mis lágrimas cayeron entonces y lograron que juntara todo lo necesario para mi hechizo.
Era el momento indicado.
Me senté en la mesa coloqué la tierra humedecida con mis lágrimas en un plato, sobre ella el agua de afrodita, la vela negra y la encendí. Luego acerqué la computadora, abrí el msn y vi que él estaba conectado. Después de meses sin tener noticias, evitando hablarle y ser rechazada, puse mi estado como conectado y le hable:



Apagué la vela.
Ya sos mio hasta la muerte.




miércoles, 19 de octubre de 2011

Mi ex, el arrepentido

Mi ex se fue de viaje por trabajo. El primer mes me llamó a diario, luego una vez cada tres días, una vez a la semana, cada quince días y  cuarenta días separaron nuestra última conversación.
Me mandaba uno que otro mail, diciendo que las comunicaciones allí eran muy complicadas.
Claramente no le creía, había estado ese verano con él y era como cualquier ciudad del mundo.
Luego de un ultimátum via mail, me llamó y decidí ser yo la que planteara el tema:
- Vos sos el hombre más importante en mi vida. Y serás siempre el más importante, pero creo que hemos tomado caminos diferentes...
(tenía el discurso anotado en mi agenda)
Sentí que se sacó un peso de encima.
Tuvimos una linda separación llena de amor, de dos personas que las distancias separan pero que siguen queriéndose y valorándose.
Al poco tiempo recibo un mail donde me pedía la división de las cosas que teníamos en la casa. Heladera, cama, y otras cositas más...
Me dejó helada. Nosotros ya habiamos separado todo y él se había quedado con toda la plata, así que no creí que me reclamaría los muebles.
Literalmente lo mande a la mierda. Le dije que si me iba a reclamar eso, que pusiera el dinero por los meses de alquiler que no pagó, porque del alquiler me ocupaba yo. O el dinero de alimentos por los momentos de crisis en que no trabajo y no aportó nada.Y que ahora que estaba bien económicamente era lógico que afrontara esas deudas
Supongo que el mail lo hizo sentir un avaro desdichado, por que su respuesta fue un tremendo PERDONAME, no se lo que hago.
No me volvió a hablar por años. Esa situación había borrado la buena separación.
Un buen día de esos que son rutinarios como todos me llegó otro mail. Allí con el corazón en la mano, lejos, en otro país, sin amigos y con una mujer menos boluda que yo, me pidió perdón por todo. Por lo mal que se comportó durante la relación, por no haberme cuidado, por lastimarme. Me dijo que se sentía un miserable y que se arrepentía de haber perdido una mujer como yo.
Chateamos unos días, yo intuí que el esperaba otro tipo de vínculo de mi parte y le aclaré que lo único que podría ofrecerle era una amistad.
Se que no lo tomo bien, pero lo acepto.
Cada día que nos vemos, una vez por año, me dice lo mismo, que fue un boludo por haberme perdido. Y que ese fue su gran error.
Yo lo afirmo con la cabeza, sonrío y me digo a mi misma... mi querido tenés toda la razón



viernes, 30 de septiembre de 2011

Todo lo pague con sexo, buen sexo como él me enseñó


Esta historia que voy a relatarles más abajo, no pasó. Pero me hubiera encantado que pase. Me hubiera gustado mucho haber sacado algún provecho de algunas personas que se han abusado un poquito de mi.
Este me encantaba, bocha de años, enamorada de él y la primera vez que hablamos me dijo tal estupidez que me dio ganas de no verlo nunca más. Pero sin embargo reincidí.
Lindo, galán , moderno. Era ese que todas querían y también el que todas tenían... o teníamos.
Nos peleamos por la diferencia de edad, nunca creí en ella. 
Este cuento que voy a escribir a continuación, fue publicado en "El club de la marmota".


Todo la pague con sexo, buen sexo como él me enseñó



Vicky , mi vieja,  es muy divertida y tiene cada salidas…  Cuando con Alejandra, mi mejor amiga, nos juntamos siempre recordamos los consejos de mi mamá. Desde que su vida cambió con la aparición del rollo sussex, hasta que el huevo se hierve 8 minutos y nada más  o lo que hay que hacer si viene un degenerado.
Siempre que recuerdo eso se me marca una sonrisa. Recuerdo que se iba a la noche a estudiar y nos quedábamos en casa con mis hermanos y con Ale esperando a que llegue mi viejo. Antes de salir, mamá nos miraba y nos decía:
-Si viene un degenerado no lo hagan pasar- nosotras nos reíamos a carcajadas ,  primero porque es lógico que no lo íbamos a dejar pasar y luego porque hacíamos el análisis de cómo sería un posible degenerado. ¿Cómo lo distingo?¿ Hay algún manual?,¿ No era más fácil decir, no le abran la puerta a un desconocido y listo?.
Eso sí, siempre me dijo que nunca hablé con extraños en la calle y menos me suba al auto con uno de ellos.
Era verano, tendría 17 años, iba a la calle Paraná a comprar una remerita, esa noche salía a bailar con los chicos de teatro. Esteban pasó con el auto, frenó y me dijo:
-¿Te llevo?
Mi respuesta fue un rotundo sí, sin pensar en Vicki y sus consejos… Si ella me hubiera visto, si se hubiera enterado, creó que recordaría la paliza que me hubiera dado.
La misma que me hubiera dado si se hubiera enterado también, que me acosté con él en la primera cita… Si ya se, no digo que soy una puritana, me he acostado con hombres en la primera cita, pero no a los 17 años y hace muchos años atrás.
Esteban fue uno de esos hombres inolvidables, lo conocí a los 8 años, era una nena cuando pasaba por la puerta de su casa y lo miraba y él me sonreía. Tenía 33 años más que yo y nunca me habló hasta esa tarde de mi primer verano de egresada.  Y aún me cuesta entender como se animó… decía que me lo comía con la mirada… Y puede ser que sea así, siempre me gustó provocar.
El  me enseño todo lo que debía aprender. El me explicó como era el sexo y como era el amor, me enseñó a disfrutar, a darle placer al otro, siempre darle placer. Me enseñó a convertirme en un ser inolvidable en la vida de cualquiera  y me aclaró desde la primera vez, que yo no iba a ser la mujer que compartiera su vida. Me lo dijo claramente…”Chiquita vos sos una nena, te falta mucho, necesitas un hombre que quiera formar una familia con vos… Y ese no soy yo.
Estuve en su cama durante casi 20 años, lo vi casarse por segunda vez ,  vi nacer a sus hijos más chicos, lloré por querer ser esa que compartiera su historia,  pero comprendí con el tiempo que no hubiéramos llegado a nada juntos y que tuvimos mucho más siendo dos seres escondidos.
Un día le dejé prestarme plata para comprarme un par de zapatos que me gustaban luego y sin darme cuenta , dejé que me mantuviera. Parece que hay  un abismo entre una cosa y la otra pero no lo es, sin darte cuenta un día te compra ropa, otro te ayuda a pagar el alquiler, te lleva al super hasta que todos los meses te entrega un sobrecito con tu plata. Él compró el departamento en el que vivo,  en las mejores épocas de la etapa menemista,  pagó mi facultad, compró mi primer auto, mi segundo y el que tengo ahora. Y no fue gratis, no, todo lo pagué con sexo, buen sexo como él me enseñó.
Creo que si Vicky supiera que crió una hija que se prostituía sin querer creerlo, no hubiera estado muy orgullosa, siempre le mentí, nunca le conté de donde conseguía mi dinero, inventé trabajos bien pagos, inventé vacaciones en cuotas con mis amigas, mientras mi viejito me llevaba al Caribe.
Mi viejito… odiaba que le diga así… un día le dije adiós y la verdad fue porque ya nada de él me atraía. Ya tengo una mejor posición, un trabajo importante. Soy joven y me enamoré de un hombre que me gusta mucho. Ya no lo necesitaba.
Y el pobre Esteban se ve que sufrió, anoche me avisó su abogado, que había fallecido. Que ni se me ocurriera pasar por el velorio porque antes de morir le contó a su esposa y a sus hijos que siempre había estaba enamorado de mí.
Dejó la quinta a mi nombre y la casita de Pinamar. También la agencia de motos de Avenida Libertador cerca de Las Olas Boulevard. Y abrió una cuenta en dólares para que estuviera tranquila por varios años de mi vida.
Al principio pensé si me merecía todo esto y llegué a la conclusión que sí  que lo merezco y que es mío, porque todo lo pague con sexo, buen sexo como él me enseñó.








*Nada es lo que parece o todo es lo que puede parecer

miércoles, 28 de septiembre de 2011

Mi ex y su incontinencia verbal

El hombre es esclavo de sus palabras y dueño de sus silencios.
Siempre me gustó ese dicho y en muchos casos está bueno repetírselo antes de abrir la boca y que sea demasiado tarde. Por lo general las mujeres llevamos  el mote de chusmas, de no poder mantener la boca cerrada pero obviamente esto no es solo propiedad femenina.
Uno de mis ex estuvo conmigo muchos años, muy buenos años los últimos y bastante nefastos los primeros.
Luego de poco más de un año en que la relación no iba bien, donde la verdad era yo quien la sacaba adelante, decidí separarme. Una semana antes del 11 S, lo recuerdo muy bien ya les explicaré por que, fui a verlo como cualquier noche y sin darme cuenta le pedí que termináramos la relación.
Acepto encantado, dijo que pensaba lo mismo que yo. Me fui tranquila a casa. Unos días después se apareció en la esquina de mi trabajo con una carta.
La carta de amor más bella que jamás alguien me había escrito. Me decía lo que me amaba, lo difícil que eran los días sin mi. Me pedía una nueva oportunidad.
La leí llorando en la escuela, no quería responder, con que cara le decía a un hombre que me amaba que a mi no me pasaba lo mismo.
Al otro día nos encontramos, él me invitó a pasar el día del maestro en el Jardín Japonés, yo le dije que si, pero  no quería. No me interesaba más. El 11 volví a hablar, le dije que la relación ya estaba terminada.
Me habló medio mundo intercediendo por él. Le pedí a su hermano que lo acompañe. Encontré en la puerta de mi casa una foto rota, cartas tiradas, los recuerdos de la relación a la basura.
De ahi pasó a odiarme, hablaba mal con todos de mi, me insultaba, pasaba por mi casa con la moto a cualquier hora gritando cualquier barbaridad.
Sus amigos y su familia me detestaban.
En navidad recuerdo que pasó con su hermano y su mejor amigo y al llegar a la puerta de casa, me cantaron esta frase de la canción de Gieco : que el traidor puede más que unos cuantos.... y siguieron.
Estoy acostumbrada a no responder a agresiones. Lo dejé pasar y me olvidé.
Meses después volvimos a estar juntos.
Y ahí me tuve que aguantar el odio y la indiferencia de todos.
Mi suegra que no me hablaba, mi cuñada que me aborrecía, mi cuñado igual.
Los amigos no nos invitaban a ningún lado. Y él se enojaba.
Era ilógico, él me había descripto así. Era la harpía que lo había abandonado. Ellos no me iban a querer.
Después de mucho recuperamos el vínculo con el resto y estuvimos juntos 8 años.
A partir de ahí, aprendía a que las palabras son un viaje de ida. Y si hay incontinencia verbal hay que usar Depend plenitud






*vi fotos en facebook, este año fue al Jardín Japones con su nueva esposa.

domingo, 18 de septiembre de 2011

El llamado sorpresa


Caminé los 30 metros que separan la puerta de mi casa con la calle. El pasillo interminable que solemos transitar los que vivimos en un ph al fondo se hizo cada vez más largo. No lo veía solo escuchaba los perros ladrar.
Mi hijo de la mano, él por primera vez lo iba a ver y yo pensando cuantas veces habíamos hablado de tener un hijo juntos.
Sonrió con esos dientes blancos y desalineados. "Es una pulga", dijo.
Abrí la reja y le respondí: " él es mi enano."
Los recuerdos  vinieron a mi mente. Su llamada después de tantos años.
Recuerdo estaba durmiendo. El teléfono sonó. 
Hola.
La música sonaba de fondo. Dolina, pensé hasta que comenzó a cantar.
Ismael Serrano. SIIIIIIII Ismael Serrano.



Me levanto temprano, moribundo perezoso resucito, bienvenido al mundo. Con noticias asesinas me tomo el desayuno. Camino del trabajo en el metro. Aburrido vigilo las caras de los viajeros, compañeros en la rutina y en los bostezos.Y en el asiento de en frente, un rostro de repente, claro ilumina el vagón en sus gestos traen recuerdos, de otros paisajes otros tiempos en los que una suerte mejor me conoció. No me atrevo a decir nada, no estoy seguro, aunque esos ojos sin duda son los suyos,Mas cargados de nostalgia, quizás mas oscuros. Pero creo que eres tu, y estas casi igual tan hermosa como entonces, quizas mas sigues pareciendo la chica mas triste de la ciudad.Cuanto tiempo ha pasado desde los primeros errores? Del interrogante en tu mirada?La ciudad gritaba y maldecía nuestros nombres, jóvenes promesas, no, no teníamos nada.Dejando en los portales los ecos de tus susurros, buscando cualquier rincon sin luz, agarrate de mi mano, que tengo miedo del futuro, y detrás de cada huida estabas tu, estabas tu.En las noches vacías, en que regreso, solo y malherido, todavía me arrepiento de haberte arrojado, tan lejos de mi cuerpo.Y ahora que te encuentro, veo que aun arde, la llama que encendiste, nunca, nunca es tarde,Para nacer de nuevo, para amarte. Debo decirte algo, antes de que te bajes, de este sucio bagon y quede muerto, mirarte a los ojos y tras de recordarte, que antes de rendirnos, fuimos eternos.Me levanto decidido y me acerco a ti, y algo en mi pecho se tensa, se rompe. Como estas?Cuanto tiempo te acuerdas de mi? Y una sonrisa tímida responde: Perdone, pero creo que se ha equivocado, Disculpe señorita, me recuerda tanto a una mujer que conocí hace ya algunos años.Mas viejo y mas cansado vuelvo a mi asiento, aburrido vigilo las caras de los viajeros,Compañeros en la rutina y en los bostezos. 


Luego su voz: - Estoy en el recital de Ismael, pensé en vos y quise hacertelo escuchar.
No recuerdo cuanto tiempo llevabamos separados, ni cuanto que el vivía en el exterior. Ni se porque lo hizo. Solo recuerdo que no dormí en toda la noche. Que me replantee si había hecho bien en separame, si aún lo quería. Que pasaría si lo volvía a ver.

Meses después cruzaba la puerta de mi casa, mi casa que también fue su casa.
Se sentaba a mi mesa, que también fue su mesa.
Y comíamos y reíamos como durante tantos años.
Y ahí supe la respuesta. 
Yo ya no lo quería y él tampoco.
Bueno sentíamos un cariño fraternal.
Hablamos de hombres, de mujeres de relaciones y prometimos volvernos a ver, por lo menos cada vez que el volviera a Buenos Aires. 
Y venimos cumpliendo el ritual.
Ser ex no siempre significa ser enemigos.


Les dejó la canción para que la escuchen