Nunca fui buena deportista, de más esta decir que en la escuela era árbitro, si, si es patético pero bueno alguien lo tenía que hacer y conmigo era restarle puntos al equipo.
Lo cierto es que un día estando de vacaciones en Bariloche, habíamos ido a visitar a mis padres, a mi ex se le ocurrió salir de caminata. Nos calzamos los borceguís y nos fuimos a sacar fotos por ahí.
Tomamos el bondi para arrancar desde el Llao- Llao. Nos fotografiamos y empezamos a regresar caminando. A mi se me ocurrió entonces pasear un rato por Colonia Suiza. No tenía idea de cuanto había de distancia entre donde estábamos y la villa. Miramos si venía el colectivo y como tardaba decidimos ir caminando.
El lugar era muy lejos, yo ya estaba cansada después de caminar más de una hora cuando mi ex empezó:
-Yodel-ay-hee-hoo a los gritos.
Yo que soy fácil de enojarme ( y de que se me pase también) le pedí que dejara de hacer papelones.
Mucha vergüenza no íbamos a pasar no había nadie. Pero me dolían mucho los pies y creo que estaban relacionados mediante no se que conducto con mi oído. Y él seguía:
-Yodel-ay-hee-hoo
y cada -Yodel ay- una puteada mía.
No es intolerancia. El disfrutaba haciéndome enojar y yo no quería caminar escuchándolo cantar eso.
-Yodel-ay-hee-hoo
Estuvimos caminando como una hora hasta que llegamos. Yo enojada, él cantando. Cuando llegamos al fundo nos enteramos que pasaban muy pocos colectivos por día, y para volver debíamos esperar unas cuatro horas. Cuatro horas en un lugar que mucho para hacer no tiene. Podíamos caminar y recorrer pero yo temía un nuevo Yodel-ay-hee-hoo.
Nos sentamos ahí, almorzamos, luego tomamos té, comimos torta, macitas, dulces y pasamos toda la tarde.
Con el tiempo lo contaba como una anécdota graciosa, pero mientras caminábamos llegue a odiarlo. De verdad a ODIARLO.
* Allí en Colonia Suiza escuche por primera vez Orishias, y tengo una historia musicalizada por ellos, pero va para otro día.
Escuchar aqui
Lo cierto es que un día estando de vacaciones en Bariloche, habíamos ido a visitar a mis padres, a mi ex se le ocurrió salir de caminata. Nos calzamos los borceguís y nos fuimos a sacar fotos por ahí.
Tomamos el bondi para arrancar desde el Llao- Llao. Nos fotografiamos y empezamos a regresar caminando. A mi se me ocurrió entonces pasear un rato por Colonia Suiza. No tenía idea de cuanto había de distancia entre donde estábamos y la villa. Miramos si venía el colectivo y como tardaba decidimos ir caminando.
El lugar era muy lejos, yo ya estaba cansada después de caminar más de una hora cuando mi ex empezó:
-Yodel-ay-hee-hoo a los gritos.
Yo que soy fácil de enojarme ( y de que se me pase también) le pedí que dejara de hacer papelones.
Mucha vergüenza no íbamos a pasar no había nadie. Pero me dolían mucho los pies y creo que estaban relacionados mediante no se que conducto con mi oído. Y él seguía:
-Yodel-ay-hee-hoo
y cada -Yodel ay- una puteada mía.
No es intolerancia. El disfrutaba haciéndome enojar y yo no quería caminar escuchándolo cantar eso.
-Yodel-ay-hee-hoo
Estuvimos caminando como una hora hasta que llegamos. Yo enojada, él cantando. Cuando llegamos al fundo nos enteramos que pasaban muy pocos colectivos por día, y para volver debíamos esperar unas cuatro horas. Cuatro horas en un lugar que mucho para hacer no tiene. Podíamos caminar y recorrer pero yo temía un nuevo Yodel-ay-hee-hoo.
Nos sentamos ahí, almorzamos, luego tomamos té, comimos torta, macitas, dulces y pasamos toda la tarde.
Con el tiempo lo contaba como una anécdota graciosa, pero mientras caminábamos llegue a odiarlo. De verdad a ODIARLO.
* Allí en Colonia Suiza escuche por primera vez Orishias, y tengo una historia musicalizada por ellos, pero va para otro día.
Escuchar aqui
Qué jodida!.Yodel-ay-hee-hoo, Yodel-ay-hee-hoo...
ResponderEliminarjaja