martes, 20 de septiembre de 2011

Little boys: los primeros

En mi adolescencia siempre fui muy tímida, mi acercamiento a los chicos era desde la amistad y después terminaba viendo como la mayoría se ponía de novio con alguna de mis amigas.
Por eso mi primer novio fue un pibe que no me bancaba. Pasé del odio al amor sin escalas y fue la una válvula de escape que necesité cuando me di cuenta de que  me había enamorado de un amigo.
La cosa era simple, me enamoré de Gustavo, él tenía novia por ende empecé a salir con Francisco, el amigo fachero y agrandado.
Ese fue el primer contacto que tuve con la histeria masculina.
Basta que me pusiera de novia para que las feromonas lo atrayeran a mi.

Este chiquitín vivía en Belgrano. Nos encontrabamos todas las tardes cuando él salía del Cristoforo Colombo y nos ibamos a pasear por Palermo. Yo me tomaba el 15 en Panamericana, recién salidita de mi escuela pública y me aparecía en la puerta de tremendo colegio a esperarlo.
Hablábamos horas por teléfono, yo lo histeriqueaba pero no entregaba nada. El estaba como loco y yo decía no. (pensándolo bien también pudo haber sido su primer contacto con la histeria femenina)
Obviamente me dejó. Yo no iba a perder mi virginidad con este tipo, me gustaba pero no era el que quería.
El que yo quería estaba irritadísimo desde que nosotros nos pusimos de novios. 
¿Cómo yo había hecho eso?- se preguntaba, si era lógico y evidente que estaba enamorada de él.
Cero códigos (para los que dicen que los hombres tienen códigos) a los tres días de mi pelea con Fran,  Gustavo me pasó a buscar por el casting del Jorobado de París, y a las dos cuadras me comió la boca contra un cartel que anunciaba a Fito Paez en Vélez.
Era precioso. Vivía en Lavallol, osea que para vernos me tenía que cruzar medio Buenos Aires. Y Lavallol si es lejossssss.
Él nunca dejó a la novia, pero eso me di cuenta después.
Tenía esa cosa de siempre enterrar su semillita de maldad cuando sabía que otro me rondaba. 
Mirá que estoy, te dejo sola, pero si estas con alguien te aviso que estoy. 
Parecía su leit motiv

Escorpiano.

Nos seguimos hablando durante mucho tiempo hasta que me olvidé de saludarlo para su cumpleaños y se ofendió. Luego me olvidé su teléfono y nunca más volví a saber de él.




No voy a subir fotos de ellos pero si de mi a esa edad. En el teatro Colón.
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