sábado, 10 de septiembre de 2011

Ahí viene la vieja de ciudadanía... yo.



Puedo decir que Sarmiento nunca fue uno de mis proceres preferidos (muy lejos está de serlo) siempre tuve una terrible predilección por Belgrano. Mientras el primero dijo la frase "La letra, con sangre entra" el segundo dijo "sin educación (...) nunca seremos más de lo que desgraciadamente somos".



Y creo que esta última frase es la que me guía en la dificil tarea de ser una buena educadora. Creo que la docencia es de las carreras menos consideradas actualmente, difícilmente lograremos sacarnos el mote de vagos que hace tiempo nos pusieron. Nadie que haya estado una hora frente a un curso puede saber lo que es estar delante de tantas miradas deseosas de sacarte la ficha y ver que pueden hacer contigo.
Y de ahi la habilidad de convertirte en esa profesora que todos odían o que todos quieren, el gil, el guacho, el viejo de m..., la copada.
Solo de mi y de mis estrategias dependerá conseguir el apodo que me acompañará en el año lectivo.
Y de mi depende conseguir lo mejor de mis chicos.


Me gustaría tener el apoyo que alguna vez tuvimos de las familias, que los padres no te cuestionen que les pusiste un uno, sino que te pregunten porque se sacaron un uno.
Que vean la reunión de padres como una instancia para compartir las experiencias que se viven en la escuela y en la casa en relación a la educación y no el espacio de crítica sin construcción.
Que no se enojen porque los llamás para avisarles que hace tres días que no van a la escuela, sino que asuman que en tres días no le han mirado ni siquiera una carpeta.
Ser profesor, ser maestro, no es tarea sencilla. Dejás muchas energías en la enseñanza y el cuidado de muchos jóvenes, te alegrás de sus logros y sufrís con sus sufrimientos.
Pero también  tenés tus satisfacciones. Recuerdo que cuando nació mi hijo, mis alumnos del turno tarde vinieron a la clínica a verme, le sacaron fotos y le hicieron  regalos. Estaban ansiosos de conocer a mi bebe. Y eso esta muy arraigado en mi memoria.
Ser docente me llena de orgullo, lucho por la educación publica, lucho por un sueldo digno y mejoras en las condiciones de trabajo.
Suelo recibir las críticas cuando realizo algún paro, educar también es enseñar a defender los derechos, y creo que es mi manera de hacerlo.

La docencia se ejerce por vocación, pero la vocación no implica aceptar trabajar en condiciones de desfavorabilidad, he discutido muchas veces con gente que me cuestiona mis quejas y recalcan la palabra vocación. Yo me pregunto, un cirujano, que también tiene vocación, no va a operar en un quirófano que no este esterilizado. Entonces porque yo voy a dar clases en aulas sin vidrios, o sin ventiladores en verano o estufas en inviernos.
Mi vocación está y el estado debe ofrecerme condiciones dignas para ejercerla.
Y confió que así sea.

En el día del maestro saludo a todos los docentes que día día luchan para que este país salga adelante.
Y espero que tantos que están fuera del sistema, traten de volver, esa gente que es esencial, que marca la diferencia. Los que tienen en si el toque especial que los hacen buenos educadores.
Feliz día y adelante con nuestra tarea.



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