domingo, 18 de septiembre de 2011

El llamado sorpresa


Caminé los 30 metros que separan la puerta de mi casa con la calle. El pasillo interminable que solemos transitar los que vivimos en un ph al fondo se hizo cada vez más largo. No lo veía solo escuchaba los perros ladrar.
Mi hijo de la mano, él por primera vez lo iba a ver y yo pensando cuantas veces habíamos hablado de tener un hijo juntos.
Sonrió con esos dientes blancos y desalineados. "Es una pulga", dijo.
Abrí la reja y le respondí: " él es mi enano."
Los recuerdos  vinieron a mi mente. Su llamada después de tantos años.
Recuerdo estaba durmiendo. El teléfono sonó. 
Hola.
La música sonaba de fondo. Dolina, pensé hasta que comenzó a cantar.
Ismael Serrano. SIIIIIIII Ismael Serrano.



Me levanto temprano, moribundo perezoso resucito, bienvenido al mundo. Con noticias asesinas me tomo el desayuno. Camino del trabajo en el metro. Aburrido vigilo las caras de los viajeros, compañeros en la rutina y en los bostezos.Y en el asiento de en frente, un rostro de repente, claro ilumina el vagón en sus gestos traen recuerdos, de otros paisajes otros tiempos en los que una suerte mejor me conoció. No me atrevo a decir nada, no estoy seguro, aunque esos ojos sin duda son los suyos,Mas cargados de nostalgia, quizás mas oscuros. Pero creo que eres tu, y estas casi igual tan hermosa como entonces, quizas mas sigues pareciendo la chica mas triste de la ciudad.Cuanto tiempo ha pasado desde los primeros errores? Del interrogante en tu mirada?La ciudad gritaba y maldecía nuestros nombres, jóvenes promesas, no, no teníamos nada.Dejando en los portales los ecos de tus susurros, buscando cualquier rincon sin luz, agarrate de mi mano, que tengo miedo del futuro, y detrás de cada huida estabas tu, estabas tu.En las noches vacías, en que regreso, solo y malherido, todavía me arrepiento de haberte arrojado, tan lejos de mi cuerpo.Y ahora que te encuentro, veo que aun arde, la llama que encendiste, nunca, nunca es tarde,Para nacer de nuevo, para amarte. Debo decirte algo, antes de que te bajes, de este sucio bagon y quede muerto, mirarte a los ojos y tras de recordarte, que antes de rendirnos, fuimos eternos.Me levanto decidido y me acerco a ti, y algo en mi pecho se tensa, se rompe. Como estas?Cuanto tiempo te acuerdas de mi? Y una sonrisa tímida responde: Perdone, pero creo que se ha equivocado, Disculpe señorita, me recuerda tanto a una mujer que conocí hace ya algunos años.Mas viejo y mas cansado vuelvo a mi asiento, aburrido vigilo las caras de los viajeros,Compañeros en la rutina y en los bostezos. 


Luego su voz: - Estoy en el recital de Ismael, pensé en vos y quise hacertelo escuchar.
No recuerdo cuanto tiempo llevabamos separados, ni cuanto que el vivía en el exterior. Ni se porque lo hizo. Solo recuerdo que no dormí en toda la noche. Que me replantee si había hecho bien en separame, si aún lo quería. Que pasaría si lo volvía a ver.

Meses después cruzaba la puerta de mi casa, mi casa que también fue su casa.
Se sentaba a mi mesa, que también fue su mesa.
Y comíamos y reíamos como durante tantos años.
Y ahí supe la respuesta. 
Yo ya no lo quería y él tampoco.
Bueno sentíamos un cariño fraternal.
Hablamos de hombres, de mujeres de relaciones y prometimos volvernos a ver, por lo menos cada vez que el volviera a Buenos Aires. 
Y venimos cumpliendo el ritual.
Ser ex no siempre significa ser enemigos.


Les dejó la canción para que la escuchen


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