Cada vez que me cruzo con el "gran amor de mi vida" no puedo dejar de verlo tan hermoso. Y miren que los años pasan, y ya no es ese chico que tanto amé años atrás. Hoy es un adulto, las canas asoman, su cuerpo no es como el de antes, bueno ni yo tampoco.
Pero lo veo y me parece volver a ver al de antes, el que tantas cosas buenas me ha hecho sentir, y también tantas cosas malas.
Lo conocí en mayo, el venía todos los días a traer un encargo en un lugar donde yo trabajaba, y desde el primer día obligué a mis compañeras que me dejaran atender la puerta porque no quería dejar de verlo aunque sea una vez. Frecuentemente charlabamos, del frío, del calor, de las noticias, de todo lo que podía extender el encuentro más de cinco minutos. En septiembre me invitó a salir. Yo para ese entonces estaba de novia, le dije que sí, y esa misma noche puse en Stand Bye a mi relación.
La primera vez fuimos a tomar una cerveza y a jugar al pool. Nos besamos en el auto. Y nos volvimos a ver cada vez que podíamos.
Viví un tiempo un cuento de hadas hasta que descubrí que el tenía un secreto que de a poquito lo iba alejando de mí. Descubrí que tenía una adicción que era más poderosa que el amor que sentiamos. A pesar de lucharla mucho tiempo terminamos separándonos.
Siempre fanteseaba con volver a verlo.
Hace poco tiempo nos encontramos, creo que fue la casualidad, la causalidad, el destino. Nos vimos como hace tantos años en la puerta de mi nuevo trabajo.
Nos abrazamos, tomamos un cafe y hablamos de la vida de cada uno. Me dio su número, yo le di el mio.
Un mes después me llamó. Quedamos en vernos pero nunca lo hicimos. Aún no entiendo porque. Yo no lo llamo, él no me llama.
hace días volví a cruzarlo, lo vi desde arriba del colectivo. Y estaba tan hermoso como siempre.
¿Por qué hay amores que no podemos olvidar?
No hay comentarios:
Publicar un comentario