lunes, 3 de octubre de 2011

Todos los sueños cargan heridas, sabés... dirían Los Piojos

Anoche no paré de soñar, y les digo que me hubiera quedado en la historia. Tuve una de esas que son tan creíbles que no te das cuenta que es un sueño sino que parece más bien algo que podría llegar a suceder.
Pero obviamente para que suceda la dueña de la casa anterior tendría que vendérmela, yo tendría que tirar abajo la nueva edificación. Mi hijo debería tener dos años y Valeria (algún día les contaré de ella) estaría viviendo con nosotros. Y apareció él.
Recuerdo que hablábamos un montón pero no se de que.
Luego era tarde, se hacia de noche.
Volvíamos a casa y Valeria nos recibía, estaba con mi hijo.
El nene quería upa. Él hablar y yo que se quedé.
-Te querés quedar?- le dije.
-Si - me respondió.
Entrabamos, la cocina era como la recuerdo. Hablábamos mucho. Escuchábamos música. Había una tensión extraña, yo sabía que iba a pasar, él no lo se.
Lo miraba fijo para confesarle algo que nunca le había dicho cuando sonó el teléfono y el secretario de la escuela me despertó. 

No se que me molestó más, que me llamara a las siete de la mañana, o el motivo de la llamada.
O me molestó que no pude decir lo que quería.
No lo hice nunca despierta y tampoco lo pude hacer dormida.



Pero en tu hogar no hay luces prendidas
cuando volvés la olla está vacía
todos los sueños cargan heridas, sabés.
Los Piojos- Media Caña.




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