sábado, 4 de febrero de 2012

Mis ex(s), la música y no solo Rock and roll


Siempre me caractericé por ser muy ajustable, si es que se puede decir así, a los gustos musicales de mis novios o parejas.
Así fue como he visto tocar a Manu Kcatché, he viajado por varias ciudades mirando a Los Piojos, he participado de clínicas como pueden dar Alex Acuña o Dennis Chambers, he saltado al son de Los Pericos, tomado el té en la casa de Alambre González,  con una panza de casi seis meses disfrutar de un clásico León Gieco.
Lo cosa es que ajustarse no siempre significa disfrutar de dicha música.

Los primeros en seguir fueron Los Piojos, era pendeja, aun no habían salido a la luz, ni se escuchaban masivamente. Íbamos con mi novio de recital en recital, hacíamos amistades con gente de otros lados y nos movíamos nómades todos los fines de semana, de bar en bar. Cuando la banda comenzó a crecer, ya viajábamos a otras provincias. Nos encantaba el ritual. Juntábamos pesitos, llenábamos la mochila de víveres y partíamos bien temprano. Hacíamos calle todo el día y a la noche el recital. Al finalizar, tomar algo por el lugar  y de ahi a la terminal para volver a casa. A veces dormíamos en alguna plaza o directamente en la estación. Era una época bárbara. Todo era posible. Música, amor. Qué más podía pedir? Ehhh... Ehhh???
Una tercera en discordia. Como debía ser, en uno de estos recitales, este novio conoció a una cierta muchacha y bue, terminó casándose con ella.

Luego apareció mi músico, con él las cosas eran distintas. Durante la relación de ocho años he visto y he conocido a los mejores. Pero claro él era (es) baterista, osea que nuestras salidas musicales estaban enfocadas a mirar, oír y si es posible sentarnos tras el batero y la batería.
Con él he podido ver a Manu Kcatché (batero de Sting) y me quedé sorprendidísima por su calidad, he podido escuchar a Alex Acuña. La historia viva de la música, tocó con Elvis, Ella Fitzgerald, Placido Domingo entre miles y diversos más. Oírlo tocar no fue tan rico como poderlo escuchar, su vida, su historia fue totalmente conmovedora.
Pero así como hubieron cosas que me gustaron también tuve que escuchar cosas que realmente no me interesaban, a mi me gusta el jazz por ejemplo, pero todos los miércoles acompañarlo a ver lo mismo, me llegaba a saturar. Con él no había concesiones. O íbamos donde él quería o me quedaba en casa. Nada de elegir yo.
Creo que a lo único que accedió fue a un Ismael Serrano pero por pedido expreso y llanto de por medio.

Uno de los últimos no escuchaba más que Heavy. Recuerdo que había sábados en que no salíamos y el ponía VH1 y siempre enganchaba algo. Así que me limaba la cabeza con sus gustos. Tampoco voy a ser tan guacha de decir que un Led Zeppelin me disgustaba o que no te escuchaba un Deep Purple. Pero había cosas que realmente no me gustaban. Y ahi estaba yo, sentada al lado de él, mirando la televisión y mirando el reloj a cada rato para poder irnos a la cama.

Las cosas han cambiado hace tiempo, hoy escucho lo que quiero, lo que me gusta, lo que me hace bien.
No acepto a rajatablas los gustos de otros, ni espero que acepten los míos.
En mi teléfono podés encontrar muchisimas cosas. Que conviven juntas sin pelearse. Las escucho yo y no obligo a nadie a hacer lo mismo.


Esta no es mi espalda

2 comentarios:

  1. Creo que todas las mujeres terminamos escuchando artistas por algún hombre.
    La trova cubana, la conocí por alguien que amé por más de 2 años... el legado que quedó de él en mi vida es Ismael Serrano (y agradezco al cielo que así sea, porque lo amo a Ismael jajaja)
    Mi noviazgo de 8 años me dejó metallica, bersuit, héroes del silencio y nirvana...
    Creo que los hombres en mi vida siempre me dejan mucha cultura musical... y no puedo decir que no me agrade eso... es más... les agradezco.
    Lindo tu post! besos...

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  2. Típico. Me ensordecí escuchando a Iggi Pop o algo así con un novio metalero, me pasé al flolklore latinoamericano por otro,toleré los alaridos de Cristian Castro y hasta me parecían románticos por otro, y así. De todos me quedó un poquito, muy selecto, de música que agradezco haber conocido, y el inmenso placer de poder escuchar finalmente lo que se me cante, o lo que me permitan mis hijos...buaaaaaa

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